sábado, junio 17, 2006

Por qué Voy a Votar por Felipe Calderón

La primerísima razón por la que voy a votar por Felipe Calderón es para que, por lo menos, se preserve lo que se ha ganado: La estabilidad macroeconómica, sí, esas variables que hasta el mismísimo López Obrador reconoce, inflación del 3% a 4%, crecimiento económico del 3.5% al 4.5%, generación de empleos formales entre 300 a 450 mil y un dólar con variaciones no mayores a 4 %o 5% anual, y sobre todo, la más importante, el Riesgo País debajo de 120, lo que repercute en tasas de CETES de entre 6.5% al 7.5%, tasas hipotecarias entre 8.5% al 9.5% y las demás no mucho muy diferentes a las actuales. En una palabra, ante todo, voto por preservar lo ganado, voto al menos, sí al menos, por la continuidad. Por el manejo impecable de las finanzas públicas tal y como lo han hecho la dupla Gil Díaz-Ortiz. Tal cual, y así de fácil.

No, no quiero que se siembren vientos, que puedan acarrear más tarde tempestades, que pueden hundir el barco. No, yo quiero navegar por aguas calmas, con vientos suaves, en los que por lo menos el barco se mueve lento, pero sin posibilidades de naufragio. Es decir, voto por preservar el valor de mi patrimonio, de mis activos, y que exista el menor riesgo posible que me los pulvericen. Voto en contra de la posibilidad de una crisis económica.

Si los irresponsables “torpederos” instalados en el Congreso de la Unión, continúan viendo por sus intereses de grupo, por sus intereses de partido que son: Evitar que México avance por que en la medida que le vaya mal al presidente voy a recoger votos de descontentos en la próxima elección por que su “negocio” son los pobres, son los votos, al menos, si al menos, el país seguirá creciendo, lento, y los empleos generados, bajos.

Pero, si al menos una parte de los priístas entienden como Felipe Calderón entiende claramente que el principal problema de México, es que estamos perdiendo competitividad, y que esta es la causa por la que el país no crece como debiera y no se generan los empleos formales, que tener apertura comercial y tratados de libre comercio es condición necesaria pero NO suficiente para promover la inversión, entonces las cosas podrían cambiar, radicalmente…

La propuesta económica de Felipe va al lado de la OFERTA, es decir, es la producción, y no el consumo, la que genera la riqueza, y, por tanto, el poder de compra. Y es, lógico, si no hay producción, no hay oferta, y la gente no tiene en que gastar por la simple razón de que no existen, o bien lo gastan en productos importados que sí existen.

Y para que exista producción debe haber inversión productiva, y esta no la pone el gobierno, la ponemos nosotros, y los extranjeros que crean en México con un lugar factible para invertir.

Felipe está consciente de que lo que mueve al empresario es la ganancia o rentabilidad y no las ventas por si mismas. Esto particularmente cierto en empresas extranjeras que podrían ver en México un lugar importante para establecerse con miras a exportar, principalmente a los EEUU y que las ventas en el mercado interno no tienen una gran relevancia, de hecho, esta es la condición de la mayor parte de la inversión extranjera directa. Puesto que las utilidades se obtienen deduciendo los costes del total de ingresos por ventas, el gobierno debe tener un papel preponderante para reducir los costos, es decir coadyuvar a que las utilidades sean mayores.

Además de las utilidades, las empresas requieren que las leyes se respeten, que se respeten los contratos. La propiedad privada debe protegerse y evitar que los activos reales o intangibles de una empresa sean apropiados por otros ilegalmente. Esto es, combate a la piratería, y tribunales que resuelvan las diferencias entre particulares en forma y tiempo. Con este punto empieza Felipe su propuesta, respeto irrestricto a las leyes. El “otro”, el Mesías Tropical ha declarado sobre el tema de la legalidad: ““Ley que no es justa no sirve. La ley es para el hombre, no el hombre para la ley. Una ley que no imparte justicia no tiene sentido”, y agrega: “La Corte no puede estar por encima de la soberanía del pueblo. La jurisprudencia tiene que ver, precisamente, con el sentimiento popular. O sea que si una ley no recoge el sentir de la gente, no puede tener una función eficaz [...] La Corte no es una junta de notables ni un poder casi divino.” O sea, la ley al arbitrio y contentillo del gobernante, a su muy particular concepción de la justicia, y él investido como vocero del "pueblo". No, perdóname pero con un personaje así en el poder ni loco invierto en un país en donde existe la posibilidad de que mañana me expropien o me cierren mi fábrica, ni madre que invierto en México…

Y ¿Cómo podría el gobierno de Calderón mejorar las utilidades de las empresas?, Felipe es el único que ha propuesto una real Reforma Fiscal para promover un favorable entorno tributario. Si bien los incentivos tributarios diseñados para atraer una inversión son importantes, mucho más decisivo es el monto de impuestos una vez iniciada la empresa. Aquí sólo FCH ha manifestado su deseo de implantar un “flat-tax”, es decir una tasa única para el ISR para todo mundo igual (no puede haber nada más simple). Una mínima reglamentación gubernamental también es propuesta de FCH y tiene razón, el costo de la reglamentación y la intervención gubernamental en las actividades—y las utilidades—de las empresas privadas debe mantenerse en un mínimo.

También es importante contar con leyes laborales flexibles y simétricas, el Índice de Rigidez laboral ubica a México en el lugar # 55, no muy lejos del #66 de Francia que también al ser “progresistas” es prácticamente imposible despedir y muy pero muy lejos de Estonia #23, EEUU #3 e Irlanda #2. Resulta interesente que a mayor rigidez laboral mayor es el desempleo. Felipe Calderón seguramente impulsará la Reforma Laboral y si no es “torpedeada” por el Congreso.

La relación de México con Felipe y el mundo es pro activa, por que pretende utilizar la apertura y la globalización como una oportunidad porque crea un espacio de interacción e intercambio que hace posible el máximo desarrollo de las personas más allá de lo que cualquier política interna puede lograr, y no como una amenaza para la cual la única estrategia posible es la del repliegue, la consolidación de la autoridad y la redefinición de las relaciones internas.

Para Felipe, el avance de México está en nosotros, el Estado sólo coadyuva, está focalizado a promover la inversión, y con ella la oferta de productos y la generación, de empleos. Si, no suena espectacular, pero es el camino que los países exitosos han seguido, y que fervientemente espero tengamos la oportunidad de recorrer.

Por eso, por que quiero ver el futuro con optimismo, y mi México de pié caminando al futuro con decisión, mi voto indudablemente va por Felipe Calderón.