lunes, julio 10, 2006

Ganar en las Calles lo que no se ganó en las urnas

Sr. López Obrador, sólo quiero recordarle que es muy fácil sacar a la gente a la calle, lo difícil es regresarlos a sus casas.

Por difícil que le cueste reconocerlo, Usted perdió, ¿que quiere impugnar ante el TRIFE?, es correcto, es el procedimiento legal. Pero advertimos, no juego con fuego, no juegue con las multitudes, no juegue con la esperanza ahora convertida en frustración y que fácilmente puede convertirse en violencia.

Este perverso juego ya lo vivimos los mexicanos con Vicente Guerrero en 1828 cuando en condiciones muy semejantes a las actuales, tras una elección limpia en que Manuel Gómez Pedraza gana por amplio margen a Vicente Guerrero hombre de poca inteligencia, con gran dificultad para hablar, con ideas francamente peligrosas, calificadas de populistas. Dicen sus partidarios que es el ídolo del pueblo, que lo aplaude y lo sigue porque es parte de ellos, porque habla como ellos, porque piensa por ellos, porque sus propias limitaciones lo hacen sentirlo como si fuera, un hombre que no oculta su ambición por el poder, que se ha rodeado de las más despreciables figuras políticas, cuyas ideologías son abiertamente contrarias al interés de una nación. Sus hombres tienen además fama de corruptos, de ineptos y de aborrecer a las clases sociales acomodadas.

Tras perder la elección Vicente Guerrero no reconoce haber perdido, impugna la elección y arenga a sus seguidores, esto provoca que las masas literalmente invadieran todo ante el estupor de los demás ciudadanos que han sufragado libremente y miran cómo la autoridad es incapaz de contener la marea humana de la plebe que lo arroya todo a su paso. Vicente Guerrero está orgulloso de sus huestes y las exhorta a posesionarse de la capital y a presionar al gobierno, a las autoridades electorales, a las judiciales y al congreso. La plebe se enardece y decide asaltar las tiendas, los centros comerciales, las casas habitación de las familias acomodadas. Para colmo, la fuerza pública, obedeciendo a los amigos de Vicente Guerrero, se pone del lado de los amotinados y contribuye a la violencia y a los saqueos El gobierno cede ante la fuerza de los hechos. Manuel Gómez Pedraza renuncia públicamente a su triunfo, pero el congreso, más asustado aún, declara que su elección fue nula y que el verdadero vencedor de la contienda es Vicente Guerrero, a quien le entrega la constancia que lo acredita como el próximo presidente de la República. Y esta serie de acontecimientos genéricamente se conocen como el motín de la Acordada.

¿Este es tu plan Sr. López? ¿Quiere repetir la Acordada? Ya decía yo que poco tenías que ver con Juárez, realmente con el que tienes que ver es con Guerrero, que fue presidente ilegítimo, pero déjame decirte que Guerrero terminó mal, lo fusilaron. Y tú pasarás a la historia como un usurpador, que provocó la violencia y que gano en las calles lo que no pudo ganar en las urnas.