miércoles, diciembre 10, 2008

El Dinero y el Crédito (1)

Nota: Esta serie de post, no sé cuántos van a ser, sobre el dinero y el crédito tienen su origen en los trabajos de Ludwig von Mises “Theory of Money and Credit” y “Human Action a Treatise on Economics”, en el libro de Samuelson “Curso de Economía Moderna” y otros.

Por todos lados leemos y oímos que bajan las tasas de interés, que la expansión del crédito, que el paquete de ayuda. Que el hay una crisis crediticia, etc. Lo peor de todo es que muy, pero muy poca gente, economistas e incluso empleados bancarios de buen nivel saben exactamente como funciona el sistema bancario y en específico el crédito. Por tanto, en esta serie de post trataré de expresar de la forma más simple posible cómo funciona el dinero y el crédito, para que así, el lector pueda comprender el por qué de la crisis económica, de los ciclos económicos pero sobre todo, que entienda plenamente que esto que estamos viviendo tiene responsables, y que éstos son los Gobiernos y sus Bancos Centrales que en su afán inflacionista para producir auge artificial y sin sustento acaban produciendo una crisis.


La Banca y la Reserva Fraccionaria

El Sistema de Reserva Fraccionaria bajo el patrón Oro.

Los bancos nacen en la antigua Venecia durante el renacimiento, los joyeros que tenían lo podríamos llamar cajas fuertes reciben el oro de sus clientes, algunos para ser transformado en joyas adorables, pero otros, simplemente para atesorarlo y dejarlo en un lugar seguro. El joyero emite un recibo en donde especifica claramente la cantidad y la pureza del oro. El depositante pronto se da cuenta que con ese recibo puede él puede comprar bienes, como si fuera el oro. El recibo por tanto es “tan bueno como el oro”. El recibo o certificado se convierte así en dinero, esto es, en una mercancía líquida, que cualquiera está dispuesto a intercambiar.

También el joyero pronto se da cuenta de algo realmente maravillosos: Puede emitir recibos por oro que no se encuentra en sus arcas ¿genial no? Y éstos certificados o recibos de oro circulan como si fueran los recibos que realmente respaldan una cantidad almacenada en la caja fuerte. Son “tan buenos como el oro”. Mejor aún, puede prestarlos y pedir un interés. Este dinero es mucho más barato de producir que el oro que proviene de las minas, se ha eliminado el costo de producir oro para tener dinero. Este es el origen de la banca de reserva fraccionaria.

Así muchos joyeros se convirtieron en joyeros-banqueros al introducir el crédito, esto es, prestar recibos de oro a cambio de un interés. En un principio los certificados estaban 100% respaldados por oro, pero en algún punto esto cambió y empezaron a prestar por una fracción del oro que tenían en reserva. Empezaron a recibir intereses de prestatarios que creían que había suficiente oro en la reserva para redimir los recibos en oro. Los problemas venían, claro, cuando la gente se daba cuenta del engaño y reclamaba su oro, el baquero quebraba, esto fue muy común en España en el siglo XVI. Sin embargo, el emperador Carlos V deseoso de financiarse a sí mismo por nada, para cubrir sus conquistas en todo el mundo legalizó el sistema quería un mercado de crédito para endeudarse y continuar con sus aventuras expansionistas.

En un mundo en donde los certificados de oro que están 100% respaldados por reservas se ven idénticos a los certificados que no están respaldados por nada (medio fiduciario), el banco que los emite enfrenta, por un lado, la posibilidad de incrementar de la nada el dinero que puede prestar y recibir algo a cambio (los intereses). Pero también enfrenta una amenaza: La primera es que la gente se de cuenta del ardid, especialmente banqueros rivales que pasen la nota. Vendría una corrida sobre el banco la gente sacaría su dinero y, al no tener respaldo el banco quebraría. Los banqueros que se vean muy ambiciosos los pueden tomar cortos de oro y recordemos que el oro no es del banco, es una deuda del banco con sus depositantes, es decir contablemente es un pasivo. Pero, el banco tiene activos, para compensar sus pasivos: Los créditos otorgados a sus clientes. Pero, los depositantes están en fila reclamando sus depósitos, y los prestatarios no tienen que pagar sino hasta la fecha de vencimiento de sus créditos, uno a uno. Por tanto, el banco debe en “corto” con sus depositantes y en “largo” con los prestatarios. Está exprimido, simplemente no puede responder….

Sin embargo, aquí viene el gobierno, por supuesto, cómplice en este negocio: Toda la legislación bancaria está dirigida a dos objetivos: Prevenir las corridas bancarias, o ejecutar rescates financieros antes de que el pánico se extienda a otros bancos. Es decir, toda la legislación esta engranada para violar sistemáticamente los contratos, ya sea antes de que inicie la corrida o después que ha comenzado.

Por siglos, el patrón oro mantuvo el sistema de reserva fraccionaria de los bancos atado con cadenas de oro. Por más de un siglo, desde la creación del primer banco privado (hasta 1946) Bank of England en 1694 la política de tener un banco central y la política gubernamental se combinó con un objetivo: Quitarle el oro a sus propietarios y transferirlo a los miembros de una agrupación constituida en cártel: Los bancos. La política ha funcionado a la perfección década tras década: Primero el oro es cambiado por certificados o recibos, los que son convenientes. Más certificados son emitidos que los que están realmente respaldados. Entonces, cuando empieza una corrida contra el banco, el Banco Central lo apoya con sus propias reservas, si el pánico continúa, como, por ejemplo con la posibilidad inminente de una guerra, el gobierno legisla para permitirle a los bancos rehusarse a redimir los certificados durante la emergencia nacional. El robo está consumado.

Debe el lector en este punto comprender que este mecanismo no es otra cosa que reducir el valor adquisitivo del dinero, si se inunda el mercado con certificados de oro, dado que la cantidad de bienes en la economía no cambia, se necesitarán más certificados para comprar el mismo bien, esto es devaluación, o, inflación, es reducir el valor del dinero real. Mises en Teoría del Dinero argumenta que la devaluación es un rompimiento unilateral del contrato.

Como la devaluación es robo por parte del gobierno, o por su cómplice socio el Banco Central, el robo nunca se le persigue, queda siempre impune. Después de la Primera Guerra Mundial los bancos centrales europeos persuadieron a sus gobiernos para que se les permitiera quedarse con el oro robado. Los bancos comerciales no fueron declarados por el Estado en banca rota por negarse a redimir sus recibos o certificados en oro, que en un estado de quiebra se habría repartido prorrateándolo a los dueños originales. En lugar de esto, los ladrones organizados por los gobiernos que habían roto sus contratos, se le permitió quedarse con el oro robado que pasó a la matriz del cártel: El Banco Central.

En los EU siguieron un esquema un poco diferente, pero aún peor: En 1933 el presidente Franklin D. Roosevelt inconstitucionalmente confiscó todo el oro que tenían los estadounidenses que aún quedaba fuera de los bancos. Mediante un decreto declaró ilegal que los ciudadanos tuvieran oro que no fuera en joyas incluidas por supuesto las monedas sin valor numismático. El gobierno pagó a $ 20.67 la onza. Una vez que todo el oro quedó en posesión del gobierno, FDR oficialmente subió el precio del oro a $35 la onza el 31 de enero de 1934. El robo se había consumado. La Reserva Federal entonces compró todo el oro lo alamcenó en Fort Knox Kentucky y lo usó como respaldo para emitir dinero nuevo.

De esta forma y ligeras variantes, los gobiernos y sus bancos centrales gradualmente fueron eliminando las monedas de oro de las economías, y por consiguiente des monetizando el oro. Este ha sido el robo sistemático más exitoso en la historia de la humanidad. Todo fue “oficial”, Todo con papel con certificados, recibos o moneda supuestamente respaldada por el oro. Los gobiernos incumplieron sus contratos y legislaron para que no fuera posible demandarlos judicialmente. Hoy en día la gente no tiene ninguna familiaridad con las monedas de oro, en México, por ejemplo, los Centenarios, aún se venden pero como joyas no como monedas de curso legal. Se había eliminado el oro como medio de intercambio, como dinero mercancía líquida, como lo que supuestamente debe ser el dinero. Pero este era el punto de toda la maquinación de los gobiernos, el dinero real en manos del público era muy peligroso para sus intereses, podían por ejemplo atesorarlo en sus hogares cuando percibían gasto público desenfrenado y esto, esto limitaba seriamente a los gobiernos que siempre quieren meterse en extravagancias, en benefactores, en redentores. Ahora, los gobiernos sólo tienen que lidiar con unos cuántos: Inversionistas y operadores de bonos de deuda soberana. Los bonos del gobierno, como son aquí los CETES o en EU los Bonos del Tesoro. Un mercado mucho menor comparado con los poseedores de monedas de oro en los siglos XVIII y XIX.

Por tanto, los gobiernos y sus bancos centrales habían eliminado la enorme restricción que el oro como medio de intercambio imponía para sus “proyectos” y extravagancias tenían ya la vía libre para inflar. Ahora sí, la humanidad conocería a uno de los jinetes de la Apocalipsis que desconocía: LA INFLACIÓN.

Y cuando el dinero pierde su valor intrínseco cualquier cosa puede pasar…cualquiera.

4 comentarios:

  1. Anónimo5:24 p.m.

    Muy buen post, buena investigacion historica.
    Este post me lleva a una nueva duda, que puede hacer el ciudadano comun y corriente para hacerce de dinero "real" o de bienes con valor?

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  2. Daniel,

    Muchas gracias por tú comentario, y de tú pregunta, es excelente, es LA PREGUNTA, o puesta en otros términos: ¿Cómo puedo mantener el valor del fruto de mi trabajo, mis ahorros, si el gobierno se empeña en despedazarlos?

    Sería fácil responderte en oro, pero ahora todavía no, los Bancos Centrales y banca comercial que tienen mucho oro están liquidando sus inventarios y, por eso, no le permiten subir. Pero ya lo hará.

    Saludos.

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  3. Saludos, me ha gustado tus explicaciones. A leerte más a menudo.

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  4. Gracias Andrés...Qué bueno que te sean útiles para comprender esta crisis. Y que el intervencionismo de los gobiernos es el culpable.

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